viernes, 31 de agosto de 2012


Almas Gemelas no son amores de un día, ni de unos meses, ni de temporada, ni son aventuras, ni rayos energéticos   de pasiones… Almas Gemelas son dos seres que un día se encuentran, charlan, conectan, se miran a los ojos y con el tiempo, se reconocen afines.

Nuestra alma gemela es nuestro propio reflejo, es como tener un espejo en frente. Es una imagen igual a la nuestra, vibrando en la misma frecuencia y en la misma sintonía.
La atracción que existe con nuestra alma gemela no se limita al físico o sexual. Este amor trasciende la materia, va mucho más allá. Puede ser que una persona te atraiga mucho físicamente, pero si no te identificas con su forma esencial de ser puedes estar seguro de que no es tu alma gemela

Encontrar a tu Alma Gemela no es fácil, es más, puede ser, que en algunos casos, te enamores de una persona y mientras dura la fase "de sentir mariposillas", llegues a pensar que es tu verdadera alma gemela....pero como el tiempo es implacable y antes o después nos revela la verdad, es él quien nos hace ver que “ella”, o “él” no es la persona que nuestro corazón "espera" y ante el desengaño, volvemos a nuestras armaduras  interiores, a sentir soledades, miedos,   porque con cada experiencia amorosa y fracasada, aprendemos a discernir lo esencial de lo superfluo, lo auténtico de lo que es sólo apariencia....el amor verdadero de lo que es un sucedáneo.

Pero… un día - como suele pasar -;"! un inesperado día… !" el destino pone en tu camino a una persona con la que sencillamente, casualmente, y sin saber por qué, te hace “sentir bien”, es más, te hace sacar lo mejor de ti mismo, brillar sin tan siquiera buscarlo, y compartes risas, confidencias, palabras; es como si un hada cómplice se encargara de que las situaciones ocurran en el momento más  oportuno, y no antes…

Un día eres consciente de la oportunidad mágica que nos ofrece el destino en el momento más inesperado; empezamos a sentir cosas extrañas; emociones que presagian “alta intensidad”, "alta vibración" pero como otras tantas veces, nos da miedo, desconcierto ¿una equivocación más? el corazón vibra, parece que va a explotar, la mente racional nos frena y nuestra “armadura” aparece una vez más...

Pero el destino ya está marcado, sentimos una fuerza que nos impulsa; el comienzo del camino se convierte en una "exploración"; vamos despacio, sopesando, intentando no “pisar minas” pero con el tiempo (siempre el tiempo como testigo mudo al principio e implacable, después), apreciamos una luz peculiar en la otra persona; se produce una “revelación” y de la incertidumbre pasamos a la recuperación.

Nadie tiene la garantía de saber qué va a suceder, pero en las vivencias, confesiones, complicidades…se va creando una conexión en el ámbito del alma; esto se nota porque las dos personas fluyen armoniosamente de forma genuina y auténtica, sin artificios, y comprobamos, de esta manera, que llena tu vida, y que su recuerdo,-“si está lejos”, está en tu mente y te inunda el corazón.

Y deseas tirar todas tus armaduras,  tenerle cerca, abrazarle… en esos momentos tienes unos deseos incontenibles de abrazarle con la finalidad inconsciente de expandir toda tu energía;  hablarle de cosas, de muchas cosas; en cualquier caso, aprecias que se ha creado tal vínculo, que hay comunicación a un  nivel muy alto y  profundo; más allá de las palabras…

Sólo con el tiempo aprendes a amarle; se convierte en tu mejor amigo, en confidente, en amante, en compañero de viaje…es por quien bajarías a “los infiernos para rescatarlo, si fuera preciso” y a la vez, te coge de la mano para “llevarte al cielo”; es el que te transmite sosiego, quien te aporta Luz cuando la vida dibuja  nubarrones y destinos inciertos…




No hay comentarios:

Publicar un comentario