lunes, 3 de septiembre de 2012

la palabra amor


¡Amor, amor, amor!"
Una palabrita tan chiquita que se hace gigante. Una palabrita tan chiquita, donde cabe todo.¡Una palabrita tan fácil de pronunciar y tan difícil de vivir!.
Cuatro letras solamente. Pero son los cuatro brazos de tu cruz, los cuatro ejes que te sostienen, los cuatro resortes que te mueven y las cuatro rosas que te perfuman.
Amor... tan intangíble y tan palpable, tan fugaz y tan e
terno, tan raíz y tan flores, tan recóndito y tan lleno de luz.
Amor... se dice en un suspiro, se pierde en un adiós. Vuela con el viento, ¡pero nada te lo arranca del corazón!.
Para construir el amor se necesita un cimiento de piedra, un poco de poesía, tu mano maestra y ¡el pulimento que le vas poniendo todos los días!.

No lo hagas con rendijas para las palabras, gotitas para el rocio,hilitos para la luz. Hazlo con más raíz que ramaje, más savia que flores y más nido que follaje. Hazlo más tupido, más trenzado, más impenetrable, más tuyo, más tronco.
Que tu amor sea tierno para la vida, sensible para las emociones, sostenedor para el camino, tibio en la penumbra ¡y ardiente bajo el sol!.
Con el amor se abren los secretos, se llenan los vacios, se desborda la copa y se crece hacia otro.

Se pone la estrella en lo más alto, la raiz en lo más profundo y la luz en el milagro... como "faro de la vida".
Amor es tomar la delantera al perdonar, es ceder el escalón... y dejar pasar. Es olvidarse de exigir y hacer felicidad con lo que se tiene. Es tomar en cuenta al otro antes que a uno. Es dar sin pagos ni remuneraciones. Es no fallar en el dolor, estar detrás del éxito y delante en el sacrficio.
El amor es eso que saca la razón de sus contenes, la inteligencia de sus casillas, el corazón del pecho, y a uno de sí mismo para convertirlo en otro.
El amor no se sostiene con cadenas ni prohibiciones, ni dinero, ni hijos, ni sexo. Al amor lo sostiene esa agujita de hilos largos que va entretejiendo tiempo, paciencia, amores y perdones a través de la vida.
El amor es apariencia... hasta que se entrega en su totalidad. Es hábito de vida, hasta que lo recubres con ternura, lo anudas con raices y ¡lo adornas con besos!
El amor es media vida, hasta que sientes lo que dices, cumples lo que prometes, y aprendes felicidad con lo que te ofrece.
Siembra tu amor por las entrañas, sujétalo por dentro y verás que pasará el tiempo, cambiarán los lugares, se transformará la vida y tu amor no se muda, permanece firme... Como esas raices que se arrancan y vuelven a salir. Como esos tallos que se rompen y vuelven a retoñar. Como esas flores que se podan ¡y se resisten a morir!.

El amor no es para revestir la vida, sino para llenarla por dentro. No es fuerza de pasión, sino luz de convivencia. No es para escasquillarnos en él, sino para vivir el placer de entregarlo. No es un juego para pasarlo bién: es sangre que nutre la vida.
El amor no tiene archivos para el resentimiento: deja libre espacio para el perdón y el olvido. No acapara, no busca pedestal, no relumbra para los demás. Enternece el camino, deja pasar, anuda las raices y arde por dentro.
El amor es una fuerza que pasa sobre nuestra voluntad, un viento que vuela sobre nuestros defectos, una magia que transforma nuestras realidades. El amor encuentra lo que nadie ha visto, conoce lo que nadie cree y entrega lo que nadie pide. Es un impulso en desarrollo; palpa, moldea, tienta, siembra ¡y de pronto nos damos cuenta de que "hemos crecido dentro del otro"!
El amor es universal porque es tronco de todas las raices,palabra de todos los idiomas, aspiración de todos los hombres ¡y luz de todas las vidas! El amor es un camino, pero de subidas y bajadas, de rutinas y sorpresas, de tropiezos y compensaciones, de besos y de estrellas, de dolor y de lágrimas. El amor vale la pena, y no es dar parte de lo que hemos recibido, sino dar todo lo que tenemos.
El amor no es el estremecimiento pasional, sino el recubrimiento de esas sensaciones con sentimientos profundos. No es juntar los labios y cerrar los ojos, es juntar alma con alma y dar cabida a todos los renunciamientos. No es lo que se siente cuando se baila, se bebe, cuando se mira el cielo. Es lo que se siente en una prueba dura, en una lágrima amarga, en un dolor profundo. Es vibración con ternura, son palabras con comprensión.
El amor es promesa con fé y confianza, es comprender que se ha infiltrado en nosotros algo sobrenatural y divino.

Y no puedo terminar sin unas palabras a quien ha llenado mi vida:
Gracias por el amor que me das, lleno de estrellas, de luz, de sueños y de fé. Porque en él me he venido tallando. Porque nació en besos, se asimiló en cambios, creció con dolor, se sostuvo de raíz, dió semillas, dió flores, dió frutos...¡y ahora lo conservan el respeto,la armonía, la ternura y la paz!

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